Algo que hicimos durante nuestra primera estancia en Villa Carrillo fue llamar la atención..y de que manera¡. Como ya he comentado en alguna ocasión, cuando empezamos la instrucción, fue progresivamente, primero con zapatillas y luego con las botas reglamentarias. Cuando nos pusimos las botas, los instructores insistían mucho en marcar los movimientos y en especial el clavar tacón..La plaza de armas parecía la pista de pruebas de Michelin, llena de rodaduras y frenazos de los tacones de las botas. Tanto taconeo nos llevo a mas de uno y de dos a visitar la enfermería, con tendinitis, que según el criterio del jefe del botiquín se curaba con...BUCOFARINGEOS¡¡¡, llegabas y decías...me duele el talón..pues Bucofaringeos, me duele el codo...bucofarigeos....todo era curado por los maravillosos fucofaringeos de las FAS..menos los dolores de garganta..
Entre las múltiples revisiones a las que nos sometían, estaban las de botas y en especial de los tacones y para tacones desgastados ..los de Escudero..en 15 días ya no tenia tacones en un par de botas, era increíble, a mas de uno le costo una buena el no desgastar los tacones como querían los instructores.
Después de las actividades matutinas, si todo había salido bien y los astros nos eran favorables, podíamos salir de paseo. Entre semana, creo recordar que podíamos salir de faena, era poco tiempo, un par de horas, no mas, que empleábamos en compras de urgencias, llamadas furtivas y encargos varios. En estas salidas, tenias que tener mil ojos, pues a la mínima te encontrabas con un instructor o un mando y podía caerte un cuerno antes de decir " a sus.."teníamos que estar antes de bandera o de la cena.Si había bandera, ceremonia crucial y temible durante nuestro periodo de formacion, rara vez había paseo. Para ir a bandera, formabamos las tres secciones, las dos de seguridad y la de transporte, que aunque hacían su vida, de estas actividades si participaban. La formacion previa a bandera podía servir para felicitarnos por el trabajo bien hecho (alguna vez) y tener el honor de dar las voces de la escuadrilla o por el contrario, ser reprendidos por las grandes cagadas y sometidos a las mas variadas reprensiones y "refuerzos negativos" que nuestros amados mandos tenían a bien proporcionarnos. Estos refuerzos podían ser desde simples caimanes (esos maravillosos cambios de ropa tan del gusto de Oropesa) a gimnasia con armamento (con el FR8) o las siempre entretenidas y poco apreciadas pistas americanas, en sus dos vertientes, con o sin agua. Sea como fuere, Bandera nunca te dejaba indiferente.
Por cierto, alguien se acuerda de las voces de la escuadrilla? por favor si es así , escribirme y las pongo
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